entrar en el supermercado
a la hora en que todos los ingresos
son por concepto
de los alcoholes más baratos
caminar por la calle húmeda
con el vino más barato en la mano,
oír rumores de fiestas mínimas en las casas
y no sentir nostalgia
sentir nostalgia al darse cuenta
que el camino llevaba a la casa propia
sola y oscura
donde todo el espacio está
ocupado por el eco
de unos ladridos que ni siquiera
te reconocen.
lunes, 10 de septiembre de 2007
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