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Son los que no
sucumbieron al magnetismo del mar,
los que habitan
las calles como miembros mutilados
olvidados de la dinámica social
religiosa recreativa viciosa.
Los que se toman en serio
la mejenga del viernes santo
y los que en el reino de la sombra
de los árboles,
los miran.
Los que prefieren observar,
atestiguar
antes que participar.
Los que sienten que cada despertar
se parece
a resucitar.
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1 comentario:
y cómo se logra llegar a mayo? preguntándote desde casi junio...
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